Desde los territorios mesetarios y sus proximidades está creciendo de forma exponencial un sentimiento de envidia sobre todo lo que rodea al barcelonismo.
Los que tienen corazonadas suspiran por conseguir un triplete, desean tener una cantera como la azulgrana, anhelan un entrenador de la casa y ambicionan la filosofía de juego culé. Sin embargo, la galaxia liderada por el oscuro mandatario Florentino Pérez se tiene que conformar con: caer año tras año en octavos de final de la Champions, fichar a cracks ya formados pagando auténticas fortunas, contratar a un ingeniero chileno (especialista en rotaciones) para dirigir una plantilla mediática y practicar un futbol pobre, basado en el acierto o pegada (como lo llaman allí) de sus figuras.
Obsesionados con la calidad de Xavi, Iniesta y Messi, se permiten el lujo de compararlos con Guti, la eterna promesa a sus 33 años, el pirata Granero y el experto en bicicletas y disparos con doble efecto, Cristiano Ronaldo. Si el debate de la temporada anterior fue preguntarse si Robben era mejor que Messi, el de ésta se centra en quién merece el balón de oro, ¿Cristianito o Leo?. Cuando el galardón se lo lleve el argentino, ¿de qué hablaran? Me imagino que volverán a la carga con que Raúl merece ir a la selección. De hecho, "la roja" ha comenzado a funcionar desde que el 7 se queda en casa viendo los partidos y deja que el equipo baile al son de los Puyol, Piqué, Xavi e Iniesta.
Desde el 27 de mayo en la capital no duermen bien, saber que los azulgranas fueron los primeros en lograr un triplete les produce insomnio. En poco más de siete meses la final de la Champions llega a Madrid; su ego es tan grande que están convencidos de alzar la décima pero también temen que el Barça pueda llegar allí. El 2-6 fue una pesadilla, una nueva derrota frente a los de Pep en la final del Bernabéu sería la peor de todas ellas. Pese a todo, la palabra triplete es la que más se repite desde julio en las portadas de los diarios madridistas, los mismos que acusaban al barcelonismo de tener "madriditis" y que pusieron de moda los términos chorreo y canguelo.
Ante un comienzo de temporada esperanzador en cuanto a resultados, se les llenaba la boca diciendo que eran líderes, hasta que se toparon con un rival digno y con un futbolista que les tiene tomada la medida, Renato. El brasileño siempre le tiene reservado un gol a Casillas; para la jornada 25 apostar por un tanto suyo es dinero asegurado. Tras la primera derrota se dan cuenta de la evidencia y comienzan a llover las críticas, siendo Pellegrini y Marcelo los principales objetivos de la prensa.
En Barcelona, sede olímpica de 1992, vivimos tranquilos sabiendo que, de momento, las cosas van por el buen camino. Con 2 títulos en el bolsillo y 4 en el horizonte, nos da tiempo a homenajear a Guardiola y divertirnos viendo como desde la capital intentan ocultar “los agujeros negros de su galaxia”. Que la envidia les acompañe.
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