Cesc o no Cesc

“Culebrón” del verano. Año III. El nombre de Cesc Fábregas vuelve a sonar con fuerza como el gran fichaje barcelonista para reforzar su plantilla. El futuro del capitán del Arsenal parece que, tarde o temprano, acabará siendo azulgrana ya que el deseo del futbolista no es otro que regresar a su casa y jugar en el Camp Nou. Pero, ¿es realmente necesaria su incorporación?

Si nos ceñimos únicamente a la categoría del d’Arenys, está claro que es un jugador que encajaría perfectamente en el equipo de Guardiola. Criado en las categorías inferiores blaugranas, Cesc tiene ADN Barça y por tanto su adaptación al actual juego culé sería inmediata. Fábregas ocuparía en el Barça la posición de Xavi, Iniesta o incluso la de Sergio Busquets, por lo que su titularidad en el equipo no estaría ni mucho menos garantizada. Si no se producen lesiones, Pep debería diseñar un sistema de rotaciones para repartir minutos entre los “peloteros”.

La llegada del capitán gunner cortaría la progresión de Thiago Alcántara, que la próxima temporada formará parte de la primera plantilla. El hijo mayor de Mazinho no vería con buenos ojos el fichaje de Cesc y probablemente solicitaría al club ser traspasado a otro conjunto que le diera la oportunidad de demostrar todo el fútbol que hay en sus botas. Además, si Fábregas finalmente aterriza en el Camp Nou, el papel de Seydou Keita pasaría a un segundo plano ya que, a priori, el catalán sería el jugador nº12.

Dejando de lado la cifra del posible traspaso, que podría estar entre 30 y 40 millones de euros, el fichaje de Cesc tiene sus pros y sus contras. Su llegada dotaría al equipo de un plus de calidad y sería una alternativa contrastada en el medicampo pero a su vez podría provocar malestar en el vestuario si no disfruta de tantos minutos como juega en el Arsenal. Si Xavi estuviera en el ocaso de su carrera se entendería mejor su fichaje pero al de Terrassa todavía le quedan años a buen nivel. Además, pagar una millonada por un futbolista que quiso buscarse su futuro en Inglaterra a cambio de dejar marchar a un canterano en plena progresión no sería del agrado de todos los barcelonistas.

Cuerpo técnico y directiva tienen ante sí una difícil decisión… Cesc o no Cesc, esa es la cuestión.