Sandro Rosell está tomando una serie de decisiones que pueden pasarle factura si los resultados dejan de acompañar al club azulgrana. Supercopa de España de pago, recortes presupuestarios en las secciones, eliminación del beisbol, limitación a nivel autonómico de los deportes no profesionales... y lo peor aún está por llegar: el desprecio a la cantera.
Los inminentes traspasos de Bojan y Jeffren están empezando a crispar a parte del barcelonismo. Bien es cierto que ni Bojan ha cumplido hasta ahora con las desmesuradas expectativas que se crearon cuando debutó ni Jeffren ha destacado demasiado cuando ha tenido la oportunidad de demostrar su verdadero potencial. Pero de ahí a ofrecerlos como moneda de cambio o malvenderlos hay una gran diferencia.
¿Acaso Villa, Alexis Sánchez o Ibrahimovic (por poner tres ejemplos) eran mejores que Bojan a los 20 años? El delantero centro de Linyola no tiene la culpa de su prematura llegada a un primer equipo que agonizaba con Ronaldinho en el campo y Rijkaard en el banquillo. Bojan se convirtió en pocos meses en la nueva esperanza culé y se le llegó a comparar a Messi. Lamentablemente, Leo sólo hay uno. El canterano siempre ha vivido a la sombra de Eto’o, Henry, Ibra, Messi y Villa, pero también ha llegado a ser protagonista con sus goles. 10 dianas el año del debut, tuvo un papel esencial en la Copa del Rey’09 (con gol en la final de Valencia) y suplió con éxito a un Zlatan decadente, en el tramo final de la Liga 09-10. En cambio, esta temporada la suerte no le ha acompañado al “9” blaugrana. De la misma forma que a su compañero Jeffren, las continuas lesiones y la escasez de oportunidades han ido mermando su confianza y han perjudicado sobremanera su rendimiento sobre el césped.
Muy posiblemente ambos se buscarán el futuro lejos del Camp Nou. La directiva aceptará un traspaso económicamente ridículo y dispondrá de una demagógica cláusula de recompra que nunca se hará efectiva (el que se va del Barça difícilmente vuelve). Esto es el mundo al revés; un doble campeón de Europa vale 10 millones de euros y una promesa chilena que destaca en el Udinese cuesta 40. ¿Estamos locos?
Prefiero a Bojan y Jeffren que a Alexis Sánchez o Giuseppe Rossi. También a Thiago antes que a Cesc. El presidente presume de contar con la cantera pero les da “patada”. Lo pienso y me indigno.
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