Algo pasa con Ibra

Que Ibrahimovic no está en su mejor momento de forma lo sabe todo el mundo, Guardiola, sus compañeros y la afición. La grada le silbó -como suele hacer con grandes futbolistas- cuando el sueco perdió un par de balones fáciles, el pasado sábado frente al Málaga.

Acostumbrado a jugar en el Calcio, su adaptación a la filosofía azulgrana no está siendo fácil. Tras un inicio titubeante (al haber iniciado la pretemporada más tarde que el resto de la plantilla debido a una lesión) el delantero pronto demostró su indudable calidad y su faceta de "killer", logrando "abrir la lata" en varios partidos de Liga consecutivos. Todo cambió en Abu Dhabi; allí Zlatan no tuvo unas actuaciones destacadas y el protagonismo se lo robaron Pedro y Messi. Después del Mundial de Clubes, el sueco no se ha reencontrado. Sus registros goleadores se han visto reducidos (3 dianas en lo que va de año), pero lo peor no queda aquí. Ibrahimovic vive en fuera de juego, normalmente recibe el balón de espaldas a portería y no prueba con asiduidad su potente disparo. Además, su agilidad con la pelota y su resistencia física se ha visto afectada por su mal estado de forma. Por todo ello, es lógico que todos empecemos a preguntarnos: ¿Qué le pasa a Ibra?

No todo debe verse del lado negativo, existen motivos de sobra para confiar en el retorno del Ibrahimovic que deseamos. Desde que Zlatan viste la camiseta azulgrana ya ha anotado 15 dianas, cifra nada despreciable para un delantero centro que asiste con regularidad al resto de puntas. Entre los goles que Ibra ha logrado destacan el de la victoria ante el Madrid y el tanto que significó el empate frente al Stuttgart en el Mercedes-Benz Arena.

La fase decisiva de la temporada está llegando y no es el momento de comenzar a dudar de Ibrahimovic. Nadie niega que lleva varios encuentros por debajo del nivel exigible en Can Barça pero no hay por qué preocuparse ni desesperarse, la magia de "Ibracadabra" regresará pronto y entonces volveremos a oírle decir el ya famoso: sono molto contento. Si él es feliz, los culés también lo seremos.