Ricky no es pívot

La marcha de Ricky Rubio del DKV Joventut es inminente; su destino incierto.

Los grandes clubes de Europa se pelean por la contratación del base con más futuro del baloncesto europeo. En España, Regal Barça, MTT Madrid y Unicaja de Málaga van detrás de sus pasos; en el resto del continente es conocido el interés del Olympiacos griego.

El base catalán, nacido en el Masnou el 21 de Octubre de 1990, de 1,92 m. de altura, fue elegido este verano en el nº 5 del DRAFT de la NBA por Minnesota Timberwolves. Debutó en la liga ACB con tan sólo 14 años y 11 meses, cuatro temporadas después es uno de los jugadores más codiciados del mundo, tras haber deslumbrado a todos con su juego. Rápido, hábil, gran pasador y mejor defensor... con sólo 18 añitos. Los Timberwolves tienen sus derechos pero su marcha a la "mejor liga del mundo" se hará esperar. La cláusula de rescisión de 5,7 millones de euros para contratar a Ricky es prohibitiva. El DKV no está por la labor de rebajar demasiado tal cantidad si decide abandonar Badalona.

Rubio ha admitido que su futuro está casi decidido y ve difícil su marcha a EEUU. Con Minnesota, Olympiacos y Unicaja descartados, el pulso por su fichaje lo mantendrán Barça y Madrid. El DKV prefiere la opción Madrid, ya que los merengues estarían dispuestos a abonar una cantidad cercana o incluso superior a los 3 millones de euros. El jugador, en cambio, prefiere Barcelona, para así seguir viviendo aquí y tener cerca a familiares y amistades.

Nadie duda de la calidad y la proyección de Ricky Rubio pero ¿verdaderamente es el jugador que necesita el Regal Barça? Con Lakovic renovado y Víctor Sada fichado un verano atrás, la posición de base parece estar bien ocupada y equilibrada (base anotador-lanzador y base organizador-defensor). Quizás la secretaría técnica debería centrarse en el fichaje de un cuatro de garantías que pueda suplir la baja de David Andersen, antes que intentar el fichaje del "crack del Masnou", que tarde o temprano acabará recalando en algún club norteamericano.

La prioridad ha de ser un pívot; centrémonos y vayamos a por Matjaz Smodis o Kristof Lavrinovic.